Todo eso es vano, como no dormir

"Qué perfume más raro... ¿es pachuli?", preguntó el taxista ni bien me subí.  Le dije que no, aunque me venía bien porque me siento un poco hippie esta noche.

Me contó que cuando era joven se había comprado el LP de Physical Graffiti y había puesto pachuli entre el celofán y el cartón; que el cartón se había puesto viejo y había tomado ese aroma avainillado que, con el pachuli, había terminado emanando una combinación de lo más nostálgica.

 "Cuando llegues a tu casa, poné Cantata de puentes amarillos. Tenés Artaud, ¿no?"

Mudanza

- Tengo re pocas cosas, me mudo en un pedo. Pongo todo en cajas y bolsas y listo.
- Necesito más cajas.
- Necesito más bolsas.
- Necesito más tiempo.
- No, llego re bien.
- No, necesito más tiempo.
- Tengo muchísimas cosas.
- Bah, no, no tengo tantas.
- Ah... los libros... en 98459824 montoncitos ataditos con hilo...
- ¡CANASTOS!
- Ah, no llamé al flete. ¿Qué flete?
- Tengo re pocas cosas, ya casi estoy.
- Me falta un montón.
- NO LLEGO
- ¿Les digo que es segundo piso por escalera?
- Lo del baño lo llevo al otro día.
- No, lo del baño lo tengo que llevar el día de la mudanza porque lo voy a querer usar.
- ¡CANASTOS!
- ¿Estas bolsas aguantan?
- No me dejé bombachas afuera para estos días.
- ¿Dónde puse las bombachas?
- ¿A la gata la llevo ese día, o antes, o después?
- Ay, ¡qué linda que es la gata!
- No termino más, NO TERMINO MÁS.
- Me quiero mudar YA.
- Qué fiaca que es mudarse.
- El flete, el flete, tengo que llamar al flete.
- Estoy sucia, no me aguanto más este quilombo.
- RESPIRÁ, ELENA.
- Llanto angustiado
- Bolsas. Lo que esté dando vueltas lo pongo todo en bolsas y acomodo allá.
- Doscientasmilbolsas.
- Ya fue, sigo mañana.

Mi foto más linda

Estuve más flaca. También fui más joven. También tuve más plata, mejor ropa, cortes de pelo más sentadores y menos celulitis. Y también estuve de novia en vez de soltera, pero la verdad es que nunca estuve tan linda como ahora.

La gente de Dove, con los que estoy trabajando en una campaña, me hizo llegar un estudio acerca de qué es la belleza real HOY para las mujeres, y los resultados fueron más o menos los que esperaba. Lo que es lindo o feo hoy está cruzado culturalmente, de eso no caben dudas, pero hay algo más.

Entre los miles que tengo, esta es la foto en la que me veo más linda. Me la sacó mi novio de entonces, en Humahuaca. Veníamos de recorrer todo el NOA, y al otro día ya volvíamos a Buenos Aires. Habíamos pasado dos semanas al aire libre, en contacto con la naturaleza, sin ruidos, sin chequear mails, caminando, tomando sol, sacando fotos. Estaba sin bañar, despeinada, sin maquillaje, mal vestida... y completamente feliz. No es una foto posada. Ahí estoy yo, tranquila, tomando mate en la cocina de un hostel.

Y si pienso en otros momentos en los que me sentí así de hermosa, lo que todos tienen en común es que estaba radiante. Tenía pilas, estaba contenta, con ganas de arriesgarme, de hacer. Y esa energía era tan poderosa que atraía más cosas nuevas y se armaba un círculo virtuoso en el que lo que realmente importaba no tenía mucho que ver con que me entrara el pantalón, sino que se relacionaba con la plenitud de ser lo mejor que podés ser y no dejar que tus miedos te limiten.

Es un cliché, sin dudas. Pero qué quieren que les diga: en los clichés siempre hay algo de verdad, y entre todos los que andan dando vueltas, elijo quedarme con este.

¿Cuándo se sienten diosas ustedes? ¿Me cuentan?

(También pueden seguir la discusión en twitter, usando #soylinda)

Vidas paralelas #1002

Hago un profesorado de pilates, me mudo a un PH 3 ambientes amplio en palermo o vuelvo a Quilmes. Invierto mis ahorros en las camillas y armo mi propio instituto. También doy strecthing esferodinamia. Me mantengo flaca y esbelta, trabajo pocas horas en algo que relaja y le hace bien a la gente. Tengo tiempo para escribir, leer y salir a caminar al sol todos los días.

Pato con máscara de perro

No me digan que esto no les cambia todo.

(vía @fungalindez)

Soy como soy

Escribí mil veces acerca de todos los preparativos a los que una mina presta atención antes de tener una cita y cada vez enumeré una serie interminable de pasos que hay que seguir para estar diez puntos. Diez puntos para vos, digo. No de aspecto, sino de "autopercepción de divina", porque no importa cómo te vean los demás sino cómo te veas vos, por lo menos en lo que a seducir a un tipo se refiere.

Entonces, los días anteriores al evento cualquier chica ya va pensando qué ponerse y se prueba todo por las dudas. También se depila y se hace un baño de crema, si puede se emprolija los pies o se tiñe. Y finalmente, cuando llega la gran noche, con horas de anticipación se baña, canta un poquito en la ducha, se encrema mientras se mira al espejo, se viste, se peina, se maquilla, se perfuma, respira hondo y sale satisfecha e impecable apenas unos minutos tarde.

Pero yo no soy así. El día que tengo que ver a alguien llego tarde a mi casa después de una sesión en la que mi terapeuta eligió tratar "ese" tema, no tengo ni puta idea de qué me voy a poner porque todo me queda grande y es viejo y horrible, me salió un granito en la frente y no tengo un conjunto de ropa interior decente porque... bueno, ya no tengo tetas. Me baño a los apurones mientras la gata juega con la cortina, se enreda y se cae adentro de la bañadera, me seco el pelo con la toalla que uso para la cara, me olvido de pasarme el peine y finalmente agarro cualquier cosa del placard y ruego que él no se de cuenta de que el "outfit" entero salió $80 y compré todo en el Once en 2009. Me pinto como puedo, no llego a cambiar las cosas de cartera y voy con la de la oficina, me pongo perfume en el ascensor y llego aceleradísima al grito de "¡NO SABÉS EL DÍA QUE TUVE, INFERNAL, ME VOY A VOLVER LOCA, NO DOY MÁS!".

Por suerte el pobre santo que me invitó sabe más o menos a qué atenerse, me sonríe y me dice "bueno, pero ya está, estás muy linda". Yo suspiro, me corro un mechón de pelo húmedo de la cara, me pongo toda colorada y, mientras le devuelvo la sonrisa, pienso que así como soy voy a estar bien.

Sobre el egoísmo

El otro día le contaba a alguien por mail que para mí las personas más capacitadas para amar bien son aquellas que saben tratarse bien a sí mismas.

Una cuota de egoísmo y saber lo que valés y lo que querés para tu vida hace que puedas dar a los demás sin resentirlos luego, porque no hacés nada en desmedro tuyo.

Quien no cede demás nunca llega a odiar al otro porque nunca se perdió a sí mismo en el camino. Es más sano vivir así, o por lo menos eso me parece a mí.

Foja cero

Otra vez a empezar de nuevo. Otra vez separada -nunca sola-, porque otra vez no funcionó. Otra vez mudanza. Otra vez adelgazada. Otro barrio, amigos nuevos, más laburo.

Pareciera que cada dos años, por alguna razón que desconozco pero que seguramente tenga que ver con el hecho de que soy una desequilibrada del orto, me quiebro y tengo que reinventarme por completo. No alcanza con modificar pequeñas cosas. No. Tengo que cambiarlo TODO. Darlo vuelta TODO y convertirme en una mina nueva porque no soporto a la vieja y quiero ser mejor y mejor aunque no sé qué mierda quiero ser y entonces voy probando.

Pero esta vez es distinto. Tengo más ganas. No sé cómo lo hago, la verdad.