Años, mínimo 15, de contar días, de regular el guardarropas, de elegir mangas y manguitas en función al trabajo de la naturaleza.Una década y media de mirármelas de refilón para chequear que esté todo ok, de llevar en la cartera un instrumento ad hoc para solucionar el tema si surgiera un imprevisto, y de vivir aterrada de que alguien se diera cuenta de que en esa zona pasan cosas.
Veranos calurosos a la espera de que mi cuerpo hiciera su trabajo para yo hacer el mío y terminar con la amenaza que, indefectiblemente, volvería a cernirse sobre mí a los pocos días.
Pero esa era está a punto de terminar. Llegó la hora de la verdadera revolución femenina.
Este viernes, amigos, arranco con la depilación definitiva en las axilas.

Doloooooor!
O no duele?
Suerte!!