
Y lo que ví es que en mi época teníamos a Leo Di Caprio en Titanic como galán hollywoodense absoluto, rubio, bueno, buenísimo, dispuesto a sacrificar su vida por Rose. O sea, un embole a cuatro manos. En cambio ahora... ahora está Edward Cullen, el vampiro sensual.
La película es, por supuesto, una mierda sin ritmo ni argumento, y los pobres puntos argumentales desaparecen para ceder protagonismo a las miradas penetrantes de Edward y la cara de pelotudita de Bella Swan, el insulso e inexplicable objeto de su amor.
Me imagino a los responsables de la imagen del vampiro en un diálogo más o menos así:
- Che, ¿cómo lo hacemos para que las caliente a las pendejas?
- Que se parezca lo más posible a James Dean que siempre garpa
- Vamos con el jopo entonces, pero me da muy masculino.
- Pintale los labios de rojo
- Me da muy boy george
- Pero es un vampiro...
- Ah, cierto, pero no me da tan sexy
- Que camine en cámara lenta
- ¡Genial!
Aún así, no me despegué de la pantalla ni para ir a buscar más helado en todo el tiempo que duró la película. Muy a mi pesar, la ví completa y la disfruté de punta a punta.
Es que lo cierto es que el pibe -Robert Pattinson, chicas- es hot hasta el ridículo: un poco emo pero no llorón, sufrido pero fuerte, protector pero sensible, vampiro chupasangre pero un divino total ay, me lo como, quiero que me muerda y me haga vampiresa para ir volando por toda la eternidad juntos.
Estuvo re bueno volver a tener 14 por un par de horas.
jajaja!!! elen sos una masa. yo fui a ver la segunda parte, que ya ni se como se llama. al cine. aproveche para gritar como loca con mis hermanas. ajajaja que gracioso!! pero es verdad, està muy bueno es pibe!!!!