
Una mujer gordita no es lo mismo que una flaca, y la autoestima de un hombre es frágil como un soufflé. Una nueva belleza socialmente aceptada trae hombres babosos y un nuevo sentimiento de autovaloración que afecta el modo en que te relacionás con tu compañero, quieras o no. No podés manejarlo.
No sé, Alessandra, pensalo.
Igual estás divina.
0 comentarios:
Post a Comment