3/27/2008
Cuando era chica tenía una compañerita de la primaria que tenía mucha plata.

Ella jugaba con las barbies más lindas, tenía los mejores mueblecitos en su pieza, y en su mochila importada lila tenía toda clase de juguetes extravagantes. No compartía nada, desde ya.

Todos los lunes después de pascuas, ella faltaba al colegio porque tenía un ataque al hígado. Claro, comía kilos y kilos del más exquisito chocolate, y yo la envidiaba tanto.... ¿Por qué yo no tenía ataque al hígado? ¿Por qué yo no podía comer huevo Cadbury hasta reventar?

Bien, estas pascuas todo cambió.

No puedo más, chicos, tengo el hígado hecho pedazos de toda la basura que me metí. Y no quiero parar. Quiero que todo el año sea pascuas y comer rocklets hasta que no pueda moverme del sillón.

Me golpean la puerta, parece que es Politti.

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