El fin de una era II

10/01/2007
...y se mudaron nomás... agarraron su plantita, su felpudito que decía "hogar, dulce hogar" y se fueron sin decir adiós.

El edificio es un lugar tan silencioso y solitario ahora... el tacho de basura de la escalera no hiede, el palier no apesta a cigarrillo... nadie grita porque no quiere que Ariel le haga cosas en la cola, ni se queja porque Ariel no gana suficiente para mantenerla con lujos...

Ahora, tiemblo un poco al pensar el los nuevos vecinos...

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