Bien sabido es que los tiempos modernos avalan comportamientos liberales entre los cuales se cuenta -por excelencia- curtir. En caso de no poder controlar esta necesidad fisiológica, se deben tener en cuenta algunos preceptos:
1) No ausentarse por más de 15 minutos, ya que el objetivo de un polvo en una fiesta o reunión es sacarse las ganas y no tener catorce orgasmos. Es completamente innnecesaria una sesión de sexo tántrico, ya que los demás invitados podrían no tener nadie con quien hablar. Asimismo, una actividad tan prolongada resulta molesta si uno de los involucrados es el responsable de llevar a alguno de los invitados a su casa. El invitado deberá, indefectiblemente, esperar que la parejita termine con lo suyo, varado, lejos de casa, solo, aburrido, y conciente de su propia soledad.
2) No hacer ruido. El golpeteo de los muebles contra la pared es de mal gusto, especialmente si hay alguien durmiendo en el cuarto contiguo, o tratando de. Hacerlo de parados es más adecuado, o simplemente elegir una cama resistente.
3) Lavarse las manos y comerse un beldent. Que no queden rastros del ADN del otro en la propia anatomía.
4) Evitar el relajo posterior y la sonrisa de oreja a oreja. Ya sabemos que garcharon, y que garcharon bien, mientras nosotros dormíamos en una reposera afuera. Moving on.
5) El siguiente diálogo deberá evitarse:
- Chicos, ¿les falta mucho?
- ¡Esperá que acabo!!
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