1/11/2006

El jueves pasado vi el programa de Alessandra Rampolla, la gordita (diosaaa!) que supo ser la estrella de Cosmopolitan Televisión, para ahora convertirse en un pasteurizado producto mainstream en la tibia pantalla de Canal 13.

El formato es una especie de talk show que pretende de ser picante, pero termina quedándose a mitad de camino, ya que es un poco tarde para hablar del ABC del sexo. O somos educativos, o somos atrevidos; parece que las dos cosas no combinan bien.

Uno de los temas que tocaron era el de la masturbación femenina -un tema muy sixties-, con invitadas cuarentonas que decían no saber cómo tocarse. Ahí fue que Alessandra sacó la concha de peluche -Bamba, para los amigos- y dio un par de consejitos prácticos que no llegué a escuchar porque caí en un sopor causado por el aburrimiento que me hizo perder como 20 minutos de programa.

La cuestión es que el show termina siendo más de lo mismo, sólo que ahora hay gente que aplaude frenéticamente cada vez que alguien dice la palabra "pene". Ah, eso también es más de lo mismo...

Por otra parte, convengamos que Julián Weich hablando de sexo es algo perturbador.

Esto es como cuando sacaron a Baby Etchecopar del cable y lo pusieron en América.

En fin, nada polémico, poco original, sólo zafa la fascinación que genera ver una gorda en televisión. Igual te banco a muerte, Alessangra, porque me enseñaste a hacer los ejercicios Kegel.

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