1/27/2006
El año pasado estaba esperando para sacar unas fotocopias y atrás mío había una madre con su hija. Ambas eran rubias. Se notaba que la jovata había estado buena en su tiempo, y su hija era igual. Esta última rondaba los 13 años, y estaba parada bien derecha, con cara de calientapijas histérica en desarrollo. Creo que tenía puesto un shorcito de jean. La madre unos cargos verdes con una musculosa blanca, de esas que usan las viejas que se mantienen.

En eso se encuentran con otra cuarentona, que parece que había sido compañera de facultad de la madre. El diálogo se desarrolla:

Cuarentona: Silvia!! Cómo estás, tanto tiempooooo!!!!
Madre, sonriente: Bieeeeen! Vos, que tal tus cosas?
Cuarentona: Bien, por suerte! Ya cansadas con fin de año!
Madre: Y, los años pasan viste! una ya llega tan cansada a las fiestas...!
Cuarentona: Si! JAJAJAJAJAJA!
Madre (risueña): JAJAJAJAJA
Cuarentona: Y esta es tu nena? La que traias a veces a las cursadas?
Madre (orgullosa): Sí, esta es Ayelén!
Cuarentona: Qué linda que estás! Una princesita! Me acuerdo cuando eras chiquita, toda gordita!!

(Acá la cara de la madre se transformó tipo el increìble Hulk. Los testigos dimo un paso atrás:)

Madre: Te estás equivocando. Ella NUNCA fue GORDITA.

Fin de la conversación.

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