Mudanza 1

12/06/2005
El viernes fue la mudanza, que estuvo llena se sorpresas.

Sorpresa 1: Fleteros macanudos

Para empezar, los del flete eran un amor. No estaban buenos (aunque uno tenía unos tubos y un trasero...), pero yo me quedé muy impresionada con la facilidad con la que levantaban los canastos llenos de libros que yo no podía ni arrastrar por el piso.

Se volvieron locos llenando el camión hasta el tope, todo encastrado tipo tetris. Tardaron más de tres horas en vaciar el departamento. En un momento uno me dice, transpirado "¡No se termina más!" Y yo pensaba, "Y lo que te falta, querido", porque después tenía que dejar un tercio de las cosas en mi depto, y el resto en dos lugares más: la casa de mi vieja con el novio, y el depto del cuñado de mi vieja, donde iban a quedar los muebles que sobran.

Uno me preguntó si me mudaba con mi marido o solita. Bien por haber pensado que puedo tener marido, mal por haber pensado que soy vieja como para ser señora.

Sorpresa 2: Puntualidad y limpieza

Tipo 9 de la mañana dejé a los del flete con mi vieja y me fui a mi nuevo hogar a esperar al del parquet, que... ¡me estaba esperando! Un divino total, me barrió el polvillo y me dejó todo bastante limpio, contrariamente a lo que todos esperaban.

Sorpresa 3: La familia colabora

El domingo con ayuda de mi viejo -sí, mi viejo, un personaje nefasto y lleno de contradicciones- puse los muebles en los cuartos. Más tarde, mientras él y mi hermano ponían los ventiladores de techo, yo organizaba mi living y vaciaba canastos. Mi hermano, además, me puso dimmers en mi pieza y en el living. Si tenemos un bulo, que sea como Dios manda. Para los que no saben, dimmers son las perillitas que te permiten regular la intensidad de la luz, ideales para noches de romance en las que se hace necesario ocultar la celulitis.

Sorpresa Deluxe: Pepo me limpió la pileta del baño con Cif cremoso.

Otra cosa, el inquilino nuevo me llevó lo que me había quedado de mis cosas en el camión de su amigo paraguayo, y cuando estaban cargando una caja con... basura mía, básicamente, se les desfondó en la vereda. Yo me reí, mientras ellos me acomodaban todo y lo colocaban en el camión.

Al margen, viajar en camión/flete sigue siendo una de las cosas más divertidas del mundo.

Ah, y algo que tengo que reconocer es que todos laburaron mucho por mí. Mucho mucho. Me sentí tan querida, porque todos se movieron por mí. Hasta el novio de mi vieja, ah, pobre chabón, se debe querer matar, mi vieja le cayó con 20940029093409 bolsas/cajas/canastos y muebles que no saben dónde mierda poner, y encima le invadió el baño y el vestidor. Lola, no aceptamos devoluciones, vos te la llevaste, ahora quedátela!

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