El jueves conocí personalmente a Petit Voleur. Fuimos al malba, a recorrer la exposición de Berni y sus contemporáneos, y la muestra fotográfica de Kuropatwa (yo no sabía quién era, debo admitir, me explicó él, que es muy culto). Es más, en un momento mira un cuadro y dice "Este es un Spilimbergo, no?" . Lo amé.
También hay en el patio una muestra de esculturas de Ferrari ("nosequé de hacer sonidos", o algo así, ahora no me sale el nombre), que son como unas estructuras con alambres y fierros para hacer ruidos. Ahí estuvimos boludeando un rato cual niños.
El café caro del malba zafaba pero por 5 mangos con 50 podrían esmerarse un poco más con el capuchino! Igual Petit se hizo cargo de los gastos:
Petit: Yo te invito
Yo: Nooo, yo te invito!
Petit: No, elen! Es como si fuera una cita hétero!
Yo: Ay, gracias! Si sabía me pedía algo más barato!
Lea el post de Petit Voleur aquí
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El viernes a la tarde, gentileza de la Universidad Nacional de Quilmes, hice la visita guiada al Teatro Colón, que es genial. Te llevan por los cuatro subsuelos del teatro, que en realidad están bajo la 9 de julio. Allí están los talleres de costura, los depósitos, las salas de ensayo, las oficinas, etc. Se puede, además, recorrer los distintos salones del teatro, ver trajes originales y estudiantes de ballet con calcitas y en cuero ensayando.
Es increíble, hay todo un mundo ahí abajo, incluido un taller enorme donde pintan los telones del escenario. Al final de la visita te dejan sentarte en un palco y ver toda la sala.
Ahí fue que unos colombianos preguntaron si en el teatro se hacían "conciertos como Shakira..." (sic).
Y la nota de color: La camarera del café del Colón ¡canta ópera mientras atiende! ¿no es brillante?
Podés hacer un tour virtual acá
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