11/09/2005
Ayer me di cuenta de que cuando estoy muy incómoda o nerviosa, agradezco al cielo tener el celular para hacer que chequeo los mensajes o que miro la hora.

Pero qué hábito horrible, porque supongo que pareceré una tilinga, mirando concentradísima al aparato. Ojo, es mejor que comerse las uñas, y resulta un modo elegante de evitar el siempre molesto eye contact.

Al margen, ayer viví los 10 minutos más incómodos de mi vida, qué feo y qué angustiante. Ni siquiera me dio para pensar "chupame la concha".

Es el embarazo que me tiene así, sensible.

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