7/06/2007
En un rapto de osadía sin límites por demás fuera de lugar y absolutamente injustificado, ayer entré a una lencería a comprarme unas leggings o calcitas para usar con un sweater largo tipo 80s. El diálogo lo dice todo:

- Hola, quería ver unas leggings negras...
- ¿Vos tenés bastante carnecita en las piernas, no?
- ...Sí...bastante...
- Entonces te muestro estas que te sostienen más la carnecita

De todas maneras, mi consejo para todas las gordas jamonudas como yo (aunque hayan bajado 15 kilos) es que no importa cuán sugestionadas estén por la tele y las revistas, o con cuánta seguridad crean que las calcitas negras les pueden quedar bien si las usan con algo largo arriba que les tape la cola, jamás, jamás se compren tan horrible prenda de tan grotesco calce.

Y por favor, no sean cándidas e intenten ponérselas con botas altas abuchonadas porque la imagen que les entregará el espejo volverá en las noches a atormentarlas.

Yo me las voy a poner igual, con un vestidito, pero sé que iré presa a los 15 minutos de haber salido de casa.

Vivo al límite.

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