2/18/2006
Los vecinos soretes están a la orden del día. En el 3º B (yo vivo en el 3º A) tengo a una parejita joven que es de terror. Él está para encerrarlo y hacerle muchas cosas chanchas, pero ella es una imbécil. Gritan todo el tiempo, se pelean, ponen música despreciable a cualquier hora (Arjona, sos lo más grasa que escuché en la vida), pegan portazos... lo único que no hacen es coger, porque ella debe ser frígida.

En una ocasión ella me despertó a la mañana para pedirme el teléfono porque la gente de telefónica había venido a instalarle la línea y se habían ido sin terminar el trabajo. Detalle: en vez de llamar a telefónica lo llamó al marido para pedirle que le solucione el problema.

Hace un par de semanas tuve que dejarlos entrar a ella, al marido y a toda la flia (incluídas su madre y unas tías gritonas) a mi casa: Es que se habían quedado encerrados en palier porque habían dejado la llave adentro del departamento y no podían entrar ni salir. Yo, que estaba apuradísima, no sólo los dejé pasar a todos, sino que le permití al marido treparse por mi balcón y pasar al suyo para entrar a su depto y agarrar la llave.

Uno supondría que esta gente debería tener buena onda conmigo después de esos dos incidentes, pero no.

Hoy, luego del exasperante incidente de la puerta de entrada la semana pasada, llego a mi edificio para comprobar que habían cambiado la cerradura. Un cartel rezaba:

"Se procedió al cambio de la cerradura. Quienes no hayan recibido su llave, favor comunicarse con el administrador".... cuyo teléfono yo tenía anotado en un papel.... en casa.

Un poco cagada de calor y bastante hinchada las pelotas, le toco el portero a la del 3o B para que me abra, y me contesta altanera:

"...mirá, en este momento no puedo bajar a abrirte.... espera un rato".

(Whaaaaat?!?!?! ¿¡¿¡pero vos tomaste pintura?!?! ¡soreta!)

La esperé como 10 minutos y como la esquizofrénica no bajaba le toqué timbre a la amorosa de Ángeles del 5to A, que me abrió en un periquete y me dijo que cualquier cosa le avise si quiero salir.

Cuando me bajo del ascensor en mi piso, la retrasada mental abre la puerta, dormida y me dice "ah, te abrieron", y pega un portazo. O sea que la muy puta duerme hasta las dos de la tarde y no es capaz de mover el orto y bajar a darme una mano.

Cuidate, yegua.

Ay chicos, me parece que yo no tengo paciencia...

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